Aceptémoslo: pajitas, bastoncillos, cubiertos de plástico y más productos de un solo uso quedarán desterrados para el 2021, según ordena la normativa de la Comisión Europea. ¿Significa el fin de estos productos? En absoluto: para todo hay alternativas sostenibles, como bien sabe el sector hotelero, que ya se está movilizando para disminuir su impacto en el medio ambiente. El cambio de mentalidad, eso sí, es cosa de todos.
Cerca de ocho millones de toneladas de plástico se desechan en el océano cada año, y de seguir a este ritmo en una década podría triplicarse esta cantidad. La contaminación por plástico no solo afecta a los mares y a la vida marina existente en los mismos, sino también a la cadena alimentaria y nuestra salud en particular.
En un intento de frenar esta grave situación, la normativa de la Comisión Europea que entra en vigor en enero de 2021 afecta a los productos de plástico de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en las playas y mares de Europa: bastoncillo, cubiertos, platos, pajitas, agitadores de bebidas y palitos de globos que deberán estar fabricados exclusivamente con materiales sostenibles. ¿Sabía usted una simple pajita de plástico nunca se descompondrá del todo? Además, los Estados miembros estarán obligados a recoger el 90% de las botellas de bebidas de plástico de un solo uso de aquí a 2025.
Las grandes cadenas hoteleras ya se están adelantando a la normativa europea. En 2018, Iberostar fue la primera hotelera española en eliminar los plásticos de un solo uso de las habitaciones de sus hoteles. Para 2020, los habrá eliminado completamente en cualquier espacio, al igual que Grupo Piñero. Meliá, Vincci y Paradores han anunciado la eliminación este año de todos los productos de plástico de un solo, y Marriott hará lo propio; Riu ya se ha pasado a las pajitas biodegradables… Y así hasta un largo etcétera.
La declaración de intenciones es una cosa; hacerlo, otra bastante más complicada. ¿Te has parado a pensar la cantidad de plásticos de un solo uso que se pueden encontrar en una habitación de hotel? Desde las botellas de agua hasta las amenities; desde los bolígrafos hasta las bolsas de lavandería; desde los envases del minibar a las bolsas de las zapatillas… Y fuera de las habitaciones, todo el menaje de un solo uso de terrazas y piscinas, las pajitas, los agitadores, los envases monodosis… Pero para todo hay alternativas sostenibles.
Pajitas comestibles, biodegradables y de cristal
¿Decidido a decir adiós a las pajitas de plástico? Hace ya tres años la startup Sorbos se propuso objetivo muy «eco»: sustituirlas por unas comestibles y biodegradables. Hoy su producto, la primera pajita comestible del mercado está presente en muchos países, y en 8 sabores. ¿Ventajas? No deja residuos, es 100% biodegradable y puede soportar altas temperaturas. Y todo ello, a un coste inferior al de las pajitas de plástico.
Por su parte Klimer ofrece pajitas biodegradables de almidón de maíz, pajitas de cartón en alegres colores, y también pajitas de borosilicato, un cristal irrompible que aguanta temperaturas extremas, con un acabado pulido para un tacto muy suave en boca. También Koala comercializa pajitas reutilizables en vidrio transparente, en acero inoxidable y en bambú, todas con su cepillo limpiador. Y la joven startup Packawin las realiza en bambú, reutilizables y reciclables, también con su correspondiente limpiador.
La revolución de las amenities
El programa Care About Earth de uno de los grandes en el sector amenities, Groupe GM, es un claro exponente de cómo esta industria busca alternativas a los plásticos, con envases elaborados a partir de residuos de la caña de azúcar; envases de plástico reciclado; y embalajes de papel y cartón reciclados, papel reciclable y papel de piedra.
Los dispensadores se imponen a los pequeño frascos, sobre todo en los establecimientos con más conciencia ecológica. Los de tipo Ecopump suponen usar una cantidad de plástico cinco veces inferior a los frascos de 30 ml, mientras que el sistema Ecosource, sin aire, representa una cantidad de plástico 25 veces menor.
Pero lo último de lo último en amenities son las fórmulas sólidas: champú, gel de ducha y acondicionador en formato pastilla, sin plástico, que ya suponen un considerable ahorro de agua en su fabricación y que además duran más que en formato líquido. Por ejemplo, el champú sólido de 20 g tiene cerca de 30 usos, mientras que un champú líquido de 20 ml tiene unos 3 usos.
En los accesorios de los productos de acogida, hay interesantes alternativas al plástico: bastoncillos de algodón con mango de papel; vasos de papel reutilizables y compostables; varillas de cóctel y palillo en madera de bambú; cepillo de dientes de bambú y en madera; zapatillas de bambú, bolsas vegetales…
La vajilla, desechable y eco
¿Y la vajilla? En tiendas de envases desechables para la hostelería como las de Muñoz Bosch o Klimer se pueden encontrar vajillas realizadas en bagazo (residuos de la caña de azúcar): boles, platos, ensaladeras, envases para hamburguesas….; también envases, bandejas y cubiertos de madera; vasos y cubiertos de PLAa (almidón de maíz), con las mismas características que el plástico; envases y utensilios en bambú, que resisten a la grasa y son aptos para microondas; envases de cartón, papel y papel kraft… Las opciones son muy variadas.
Pero el menaje desechable puede ser 100% compostable, ecológico y no renunciar al diseño. Así es precisamente Chikio, la nueva vajilla de la firma Cookplay, perfecta para eventos, reuniones y celebraciones. Se compone de seis piezas para lograr una presentación impecable y muy actual en catering y eventos.
El agua, de la red y en vidrio
Para eliminar los plásticos, nada como eliminar de manera definitiva las botellas. El empleo de sistemas de filtración como el de la firma AguaKmCero, que proporciona agua de la red microfiltrada y refrigerada al instante y que se sirve a través de un dispensador en botellas o jarras de vidrio, se está extendiendo como la pólvora en la hostelería. Un agua de proximidad, que evita los transportes con la consiguiente reducción de CO2, y una alternativa real al agua embotellada, sin plásticos, con cero residuos y cero almacenamiento.
Los textiles, de plástico reciclado
Si no puedes con el, recíclalo: el plástico reciclado es una interesante materia prima textil. Iberostar ya ha sustituido poliéster tradicional de sus uniformes por un material 100% elaborado con plástico reciclado. Y las empresas textiles hacen lo propio. Vayoil acaba de anunciar que pasa a fabricar todos sus edredones con relleno de fibras de poliéster obtenidas de botellas de plásticos recuperadas del mar. Forma parte de su concepto de cama sostenible: con 35 botellas recicladas desarrolla una almohada, y con 55 una manta polar.
Por su parte Resuinsa, en el proyecto The Right Textile de su firma hermana Carmela Martí, emplea fibra de poliéster procedente de botellas de plástico y envases encontrados en el mar para crear cojines, plaids, colchas, cubre-canapés, mantelerías, etc. Además, Resuinsa está disminuyendo en empleo de plásticos en un 60% gracias a un nuevo sistema de embalaje de sus productos.
¿Y si nos comemos el envase?
Sustituir al plástico está muy bien, pero nada como hacer desaparecer directamente el envase. El revolucionario Ooho es una interesante alternativa al plástico: comestible y biodegradable, es perfecto para contener agua, bebidas y salsas en monodosis. Está hecho del innovador material Notpla, elaborado con algas y plantas. Ligero, práctico y eficaz, no puede ser más eco: si no te lo comes directamente, se degrada en seis semanas.